📘 Citas Principales - Pág 100
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Cita 100 - “Uno de estos días que quiero armar esa carpa que el Señor me va a dar, en las afueras de este lado de Chicago aquí en alguna parte, y tener una reunión de alrededor de seis u ocho semanas. Nos vamos a ir directamente a lo largo de la Biblia y enseñar sobre esas cosas. Y usar de la Sanidad Divina solamente como una o dos veces por semana, o algo así. Y sólo enseñar la Biblia. Ahora estas cosas no son místicas. Estoy en contacto con el Espíritu Santo, yo soy una persona analfabeta. Eso es verdad. En mí no hay nada. Pero cuando yo estoy bajo Su unción, y El me lleva fuera y me enseña cosas, entonces tengo la confianza perfecta de que está exactamente correcto, porque nunca ha fallado. Y El nunca dirá una cosa fuera de lo que está escrito en esta Biblia. Eso es correcto. Y ustedes vigílenlo. A través de los años, El nunca dijo una cosa en ningún tiempo, a menos que fuera absolutamente escritural basada en la Biblia. ASI DICE EL SEÑOR. Hace algunas noches, llegué desde allí (algunos meses atrás más bien) de la reunión. Yo estaba descorazonado en California. Y yo... Mis reuniones habían fallado terriblemente. Y yo le había prometido al Señor que si alguna vez El me fallaba... Cuando comencé en las campañas, yo sabía que había dos o tres cosas de las cuales el ministro debe de guardarse, y una de ellas es el dinero. Así que el dinero, la popularidad, las mujeres, y lo demás... Así que yo hice un voto a Dios. Yo encontré que Sansón cayó por causa de Dalila, la mujer. Y encontré que Saúl cayó por causa de la soberbia. Y Balaam cayó por causa del dinero. Y todas esas cosas son escritas para nuestro ejemplo, dice el libro de Hebreos. Y nosotros observamos estas cosas y mantenemos la cobertura de la sangre entre nosotros y esas cosas. Al proseguir, yo dije: “Ahora, Señor, yo sé que habrá mucho dinero envuelto en esto, pero desnudo entré a este mundo y desnudo retornaré (¿Ven?), y Tú ayúdame.” Y por la Gracia de Dios ha sido maravilloso. Y así que yo dije: “Si en alguna vez me fallas, de modo que tenga que rogar por dinero o poner énfasis en las ofrendas, yo dejaré las campañas.” Y lo hice cuando fallé con quince mil dólares en California. Y el... Yo llegué a mi hogar, y la mañana siguiente, El me apareció en una visión y me dijo, así como ustedes han leído. Sólo observen cómo eso aconteció. Yo no sabía que eran niños mexicanos que venían caminando hacia abajo, como han leído en la visión. Yo dije que sólo eran niños morenos. Se suponía que yo fuera a Arizona durante ese tiempo y armara una Carpa. Y allí yo iba a tener —en la visión— este lugar pequeño en el lado, justamente como El me había dicho y cómo hacerlo, donde yo no estaría en la presencia de la gente. Ustedes... El micrófono saliendo hacia afuera, hablando de todo ello. El dijo: “Esto no será imitado.” Así entonces, cuando ello se estableciera al lado. Pero entonces ustedes podrían oírlo... Pero la gente es la que opera ese don. No soy yo. Yo no tengo nada que ver con ello. Es sólo someterme y ustedes mismos hacen la operación de ello. Vuestra fe es lo que lo hace. Y allí es donde entonces, cuando toda la fe comienza a venir, ahora ustedes sólo se pueden imaginar lo que le hace a ustedes. Y yo solo puedo quedarme por unos pocos. Pero cuando lo tenga fijo y arreglado en esa manera, yo puedo tomar cientos tras cientos de ellos cada noche. Y el Señor hará lo excesivamente abundante. Ustedes sólo anoten eso. Y yo pensé: “Comenzarlo en Phoenix, está muy bien.” Y entonces vino a acontecer, cerca del tiempo en que yo iba a Phoenix, que el hermano Allen se mudó allí, y dijo: “Yo no saldré por nadie. Así que él permaneció allí. Así que yo dije: “¡Oh!, yo no iría allí y nuestro hermano allí. Eso no estaría bien, dos reuniones al mismo tiempo.” Así que dije: “Bueno, no iré entonces.* Antes de haber firmado por alguna cosa, solo lo dejé pasar. Lo dejé pasar por un rato. Y entonces Miner Arganbright vino, y me dijo: “Oye, ¿qué tal ir a México? El hermano José trató de llevarme a México. Yo dije: “No. Yo no quiero ira México.” Y algo me dijo: “Ve a MéxIco.' Así que dije: “Bueno, arréglenlo.” Ellos dijeron: “Nosotros tenemos un salón allí.? Alguna clase de salón grande. Y la noche siguiente fui allá con el hermano Woods, y dije: “¿Sabe usted algo? Eso es justamente así. Niños morenos pequeños, harapientos, eso es.” Y el hermano Arganbright estaba supuesto a arreglarlo. Ustedes leyeron la visión. [El hermano Branham habla acerca del viaje a México]. Y yo tuve estas reuniones, pero yo voy a regresar a México algún día. Yo quiero que el Señor me envíe para atrás, para poder regresar como lo hice entonces, en el nombre del Señor Jesús.” Pastor del Redil Chicago, IIL., 4-3-56