LAS SIETE EDADES DE LA IGLESIA 104
y procura probarlo por medio de la evolución. No hay tal evolución, pero el hombre y el animal sí se mezclaron. Ese es uno de los misterios de Dios que ha permanecido escondido, pero aquí está revelado. Sucedió allá en medio del Edén cuando Eva rechazó la Vida para aceptar la muerte.
106. Fíjese en lo que Dios les dijo en el huerto:Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. Génesis 3:15
107. Si damos crédito a la Palabra de que la mujer sí tuvo una Simiente, entonces la serpiente seguramente también tuvo una simiente. Si la Simiente de la mujer fue un varón que vino sin el concurso del hombre, entonces la simiente de la serpiente tendrá que venir en la misma forma, y será otro varón que tiene que nacer aparte de la instrumentalidad humana. No hay ningún estudiante que no sepa que la Simiente de la mujer fue Cristo, Quien vino por la instrumentalidad de Dios, aparte del concurso humano. Es igualmente conocido que la predicción de la herida en la cabeza de la serpiente era en efecto una profecía tocante a lo que Cristo haría en contra de Satanás en la cruz. Allí en la cruz, Cristo heriría la cabeza de Satanás, mientras que Satanás heriría el calcañar del Señor.
108. Esta porción de la Escritura es la revelación de cómo la simiente literal de la serpiente fue sembrada en la tierra, aun como tenemos el registro de Lucas 1:26-35, donde está registrado exactamente cómo la Simiente de la mujer llegó a la manifestación física aparte de la instrumentalidad humana. Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado de Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,A una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David: y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel a donde estaba, dijo, ¡Salve, muy favorecida! el Señor es contigo: bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó de sus palabras, y pensaba qué salutación fuese ésta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia cerca de Dios.