LA EDAD DE EFESO 115
este Ser Perfecto manifestado, fue entregado a la cruz como el Cordero Perfecto de Dios para el sacrificio perfecto. Y en el ‘árbol’ Él recibió las heridas de la muerte, para que nosotros, por medio de Él y por causa de Él, podamos comer del Árbol de la Vida; y entonces esa Vida ofrecida gratuitamente nos fortalecería para vencer y expresar la Palabra de Dios.
135. Y ahora, a estos Hijos de Dios, quienes por medio de Él vencen, les es dado el privilegio del Paraíso de Dios, y el compañerismo continuo de Jesucristo. Jamás habrá separación de Él. Donde va Él, también irá Su Novia. Lo que le pertenece a Él, Él lo comparte con Su Amada en un estado coheredero. Las cosas secretas serán reveladas. Las cosas ocultas serán hechas claras. Conoceremos como somos conocidos. Y seremos como Él. Esta es la herencia del vencedor que ha vencido por la Sangre del Cordero y la Palabra del testimonio de Jesucristo.
136. ¡Cómo deseamos aquel día cuando los caminos torcidos serán hechos rectos, y nosotros estaremos con Él, por un tiempo sin fin! ¡Qué aquel día apresure su llegada, y que nosotros nos apresuremos en obedecer Su Palabra; y así probar nuestro mérito de compartir con Él Su gloria!
137. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” ¡Cuán trágico fue para esta primera edad no haber escuchado al Espíritu! En Su lugar escuchó al hombre. Pero gracias a Dios, en esta última edad habrá un grupo que se levantará, la Verdadera Novia del último día, ella escuchará al Espíritu. En aquel día de densa oscuridad, la Luz volverá por medio de la Palabra pura y nosotros volveremos al poder de Pentecostés para dar la bienvenida al regreso del Señor Jesucristo.