LA EDAD DE SMIRNA 143
gana en una carrera atlética. En 1 Corintios 9:24, Pablo dice:¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, mas uno lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.
84. La corona que se le daba al que ganaba la carrera olímpica era una guirnalda de ramas de olivo; pero la corona mencionada aquí en la revelación, dada a un mártir, es la corona de realeza. Jesús la llama la corona de vida. Una corona es para aquellos que se han esforzado; la otra corona es para aquellos que han dado. Ambas son incorruptibles. No perecerán. Los que ganaron la carrera de la vida mundana muy pronto perderán el gozo de la aclamación del mundo, su gloria se desvanecerá; pero aquellos que dan sus vidas a Dios, ya sea por el esfuerzo diario, o por el derramamiento de su sangre como el sacrificio supremo de sus vidas, a ellos les será dada la corona de la vida.
85. Demasiado poco es el tiempo que se invierte en obrar por las recompensas eternas de Dios. La recompensa de Dios se tiene en poca estimación. Si nosotros creemos en la realidad de la resurrección del cuerpo, y un reino de sustancia eterna, entonces debiéramos guardar en el Cielo los buenos tesoros que están al alcance de los santos.
LA RECOMPENSA POR HABER VENCIDOEl que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no recibirá daño de la muerte segunda. Apocalipsis 2 :11
86. Ahora, una vez más el Espíritu está hablando a todas las edades. Este mensaje es para alentarnos a nosotros hoy, así como también ha alentado a nuestros hermanos de todas las demás edades. Y Él nos dice que la muerte segunda no nos dañará.
87. Todos sabemos que la segunda muerte es el Lago de Fuego. Apocalipsis 20:14:Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
88. Desde luego, eso quiere decir que todos los que estaban en aquel estado, fueron lanzados en el Lago de Fuego. Ahora pues, yo quiero sacar algo aquí para usted. Sin duda, esto ocasionará que mucha gente hable acerca de mi doctrina extraña; pero yo me mantengo firme sobre la autoridad de la Palabra de Dios, y niego que el incrédulo va a un infierno eterno y que allí se