📖 El Libro de Edades - Pág 54
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LAS SIETE EDADES DE LA IGLESIA 54 ruina cierta e inevitable. Y así es exactamente como viene el día del juicio cuando el rugido de las voces le condenarán a usted por no haber hecho caso al aviso hasta que fue demasiado tarde. Tenga cuidado ahora mismo, porque en este momento sus pensamientos se están registrando en el Cielo; allí sus pensamientos hablan más fuerte que sus palabras. Como el fariseo que clamaba de labios, pero no escuchando al Señor, su corazón llegó a ser vil y corrompido hasta que fue demasiado tarde. Aun ahora, puede ser que ésta sea su última oportunidad para escuchar la Palabra y recibirla para Vida Eterna. Será demasiado tarde cuando usted se aproxime al rugido de la muchedumbre de voces de juicio y perdición. 58. Pero, ¿ha notado usted también cuán dulce y resposable puede ser el sonido del agua? A mí me gusta pescar y me encanta hallar un lugar donde se oiga el murmullo quieto de las aguas. Allí puedo acostarme y escuchar al agua apaciguando mi corazón con paz, gozo y contentamiento. ¡Cuánto gozo tengo por estar anclado en el puerto de reposo donde la voz del Señor habla paz, como lo ha declarado la Palabra de las aguas de separación! ¡Cuán agradecidos debiéramos de estar al oír Su voz de amor y ternura, dirección y protección! Y algún día oiremos aquella misma dulce voz hablarnos, no en juicio, sino en bienvenida, porque nuestros pecados han sido perdonados por Su Sangre, nuestras vidas han sido llenas del Espíritu, y nuestro andar estaba en la Palabra. ¿Qué podría ser más precioso que oír las multitudes de voces de bienvenida y estar rodeado por las multitudes que han creído para Vida Eterna? Oh, no hay nada como eso. Mi oración es que usted oiga Su Voz y que no vaya a endurecer su corazón, sino que lo reciba como su Rey. 59. Oh, si usted solamente lo viera; pero fueron las aguas que destruyeron al mundo, las mismas que salvaron a Noé, y también salvaron a la Tierra entera para Noé. Escuche Su voz, la voz de Sus siervos, mientras le llaman a arrepentimiento y a Vida. 60. 5. En Su mano derecha tenía siete estrellas. “Y tenía en su diestra siete estrellas.” Ahora, ya sabemos, de acuerdo con el versículo 20, lo que en realidad son las siete estrellas: “Y el misterio de las siete estrellas, estos son los ángeles (mensajeros) de las siete iglesias.” Ahora, aquí nunca podríamos cometer error, porque Él mismo lo interpretó. Estas siete estrellas son los mensajeros a las siete edades sucesivas. No son llamados individualmente. Solamente están mostrados como siete, uno para