📜 El Libro de Sellos - Pág 47
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DIOS EN SIMPLICIDAD 47 181. Entonces vendrán los juicios, el pecado, las plagas, la enfermedad y todo lo demás. La gente pedirá que la muerte los libre del juicio. Dirán: “Señor, ¿por qué está este juicio sobre nosotros y Tú dijiste que habría primero un rapto?” 182. Él responderá: “Ya vino el rapto y no lo supieron.” Dios escondiéndose en la simplicidad. ¡Oh, qué cosa! 183. Ahora ¿por qué será que los creyentes no creen las señales sencillas de Su Venida? Están esperando todas estas cosas prometidas en las Escrituras: El sol se pondrá a mediodía y habrá toda clase de fenómeno. Oh, si únicamente tuviéramos el tiempo; yo tengo todas las anotaciones aquí para mostrar exactamente lo que son todas esas cosas. Entraremos en eso en la apertura de estos Sellos esta semana. Allí está, donde ya sucedió y ni lo supieron. Veremos si es así o no. Si el Ángel del Señor nos abre estos Sellos; recuerde está sellado con los siete truenos misteriosos. 184. Ahora, ¿por qué será que la gente no puede creer la sencillez de una gente tan humilde y la voz de las señales de Dios? ¿Por qué no pueden creer? Es lo que siempre ha sucedido cuando la verdadera Palabra de Dios ha sido manifestada. Ellos están demasiado educados y sabios para creer la forma sencilla de la Palabra escrita. Quieren ponerle su propia interpretación: “No quiere decir esto, ni quiere decir aquello.” Pero sí quiere decir eso. 185. Escuche bien: aun las visiones que Dios nos da aquí, son tan mal entendidas. Por eso ustedes me oyen decir en las cintas: “Digan lo que dicen las cintas. Digan lo que dicen las visiones.” Ahora, si usted está bien despierto, verá algo. Ojalá no tenga que alzar la mano para mostrarles. ¿Ven? Aquí está. Estamos al fin. Sí señor. La educación y la sabiduría humana no lo comprenden, pero las visiones sencillas, cuando son reveladas en esa sencillez, es tal que les pasa por encima de la cabeza. 186. Por razón de aquella visión que vi y les conté de cómo iría allá de cacería, eso fue de tropiezo para muchos. Sin embargo, Dios me envió allá con el propósito de mandarme para acá, luego lo interpretó. Me mostró la partida de mi madre y las otras cosas; y vino y nos dijo estas cosas de antemano y luego sucedió exactamente como Él dijo que sería. ¿Ven? 187. Ahora, Juan salió allí y confesó diciendo: “Yo no soy el Mesías, más bien soy la voz de uno que clama en el desierto.” Luego aquellos mismos discípulos preguntaron: “¿Por qué dicen los escribas y las Escrituras que Elías primero tiene que venir?” Oh, la simplicidad de Dios pasa por encima de las cabezas de la gente. 188. Con esto ya vamos a terminar con la ayuda de Dios. Veamos esto en detalle. Me da pena retenerlos por tanto tiempo, pero en unas cuantas horas volveremos otra vez. Fíjense: Estudiemos una sencilla