LA BRECHA
ENTRE LAS SIETE EDADES DE LA IGLESIA
Y LOS SIETE SELLOS
17 de marzo de 1963
Tabernáculo Branham
Jeffersonville, Indiana, U.S.A.
“Sólo creed, sólo creed;
Todo es posible, sólo creed;
Sólo creed, sólo creed;
Todo es posible, sólo creed.”
1. Saludos amigos. Es un gran privilegio estar en la casa del Señor de nuevo en esta noche aquí en el servicio y todavía viviendo del maná de hoy en la mañana con el cual nuestras almas fueron tan bendecidas por razón de Su Presencia. Ahora en este culto estamos comenzando con el tema: “La Brecha entre las Siete Edades de la Iglesia y los Siete Sellos.” Esta tarde estaba hablando con un amigo... Quizás si es la voluntad del Señor, alguna ocasión este verano, si Él no me lleva al hogar celestial o tenga que salir para otro país, quiero volver aquí para predicar sobre “Las Siete Últimas Trompetas.” Todo esto está unido, y también hay “Las Siete Últimas Plagas”, y todo está entrelazado como veremos a cada paso.
2. Ahora, mientras nos aquietamos un poco, quizás la predicación sea un poco larga esta noche, pero... Ahora al regresar aquí, yo nunca en todas las veces que prediqué en Phoenix, Arizona, ni una sola vez me puse ronco, y eso que les prediqué duro; creo que fueron como veintisiete cultos sin ponerme ronco. Pero este clima aquí es malo, este valle presenta unas condiciones muy malas para la salud de uno; luego cualquier predicador, por ser predicador, tiene la garganta cansada. Una vez un amigo mío, un médico, me examinó la garganta para ver qué tenía, y me dijo: “No tienes nada malo, solamente es que tienes callos en las cuerdas vocales y eso viene de tanto predicar.” Bueno, pues eso me agradó mucho, hasta hizo sentirme mejor, sabiendo que el mal se podía atribuir a la predicación. Está bien porque esto es para el Reino de Dios.
3. Ahora, quizás no podamos llevar en nuestro cuerpo la señal de Jesucristo como sucedió con Pablo al ser azotado, pero podemos llevar nuestra señal con la predicación al levantar nuestra voz en contra de las cosas erradas. Damos gracias que ya no tenemos que ser azotados, cuando menos hasta este momento.