LOS SIETE SELLOS 72
71. Ahora, note que el Redentor tenía que ser uno semejante a nosotros; por consiguiente, un ángel no podía tomar este lugar, ni tampoco un hombre; tenía que ser un hombre que no hubiese nacido por medio de un acto sexual. Entonces el Espíritu Santo hizo sombra sobre María, la virgen; y la verdad es que Jesús no fue judío ni gentil, Jesús era DIOS. Exactamente. Su Sangre no vino por un acto sexual, más bien fue Sangre santa creada por Dios. No somos salvos por sangre judía, ni sangre gentil; somos salvos por la Sangre de Dios, así dice la Biblia. Entonces Jesús era Dios. Él no era la segunda, tercera ni cuarta persona, sino LA ÚNICA PERSONA. Él era Dios, Emmanuel. Dios bajó de Su gloria y se reveló. ¡Cómo amo esa poesía que escribió el hermano BoothCliburn: “Oh Cuánto le Amo”! (Las palabras traducidas del inglés son):De Su gloria, oh verdad eterna, Vino mi Dios y Salvador, y su nombre fue Jesús; Nació en un pesebre, y entre los Suyos fue un extraño, Un varón de dolores, lágrimas y angustias. Oh, que gran condescendencia, trayéndonos la redenciónCuando allá en lo más oscuro de la nocheno habiendo ninguna esperanza; Dios, en gracia y ternura, puso a un lado Su gran esplendor, Se humilló hasta lo sumo y salvó mi alma.¡Oh, cuánto le amo! ¡Oh, cuánto le adoro!¡Mi aliento, mi sol, mi todo!El gran Creador, vino a ser mi Salvador; Y toda la plenitud de Dios moró en Él.
72. Ese fue el que cumplió con el requisito. La Gracia de Dios produjo la Persona de Jesucristo. Ahora hallamos en este Libro que Dios ensanchó Su carpa, vino de ser Dios para ser un hombre, Él cambió Su linaje del Todopoderoso para ser un hombre y tomar la forma de hombre para poder morir y así redimir el linaje humano. Espere usted hasta cuando le veamos, sabiendo que no hay ninguno digno.
73. Ahora, hallamos que la palabra “redentor” viene de la palabra hebrea GOEL. Esta persona, el goel, era una persona que podía cumplir con los requisitos de la redención. Tenía que ser una persona con la habilidad de redimir, con el deseo de redimir y tenía que ser el pariente próximo. Dios, el Creador de los espíritus, bajó y se hizo nuestro pariente cuando se hizo hombre, para entonces tomar sobre Sí nuestros pecados y pagar el precio, y así redimirnos de nuevo a Dios. Allí está el Redentor.
74. Cristo ahora mismo ya nos ha redimido, pero todavía no ha venido a reclamar Su posesión. Puede ser que usted piense un poco