LAS SETENTA
SEMANAS DE DANIEL
Rev. William Marrion Branham6 de agosto de 1961Tabernáculo
Branham Jeffersonville, Indiana, U.S.A. Buenos dĂas, amigos. Es un
privilegio estar de nuevo aquà en el Tabernáculo esta mañana,
para continuar este gran mensaje que estamos intentando explicar,
esta Semana Setenta de Daniel. Estamos felices de ver tantos que
están reunidos este caluroso dĂa; todavĂa estamos apenados que no
tengamos suficiente espacio para sentarse. Veo gente que están asĂ
apretados, y parados alrededor, eso lo hace incómodo. No están tan
cĂłmodos como ustedes deberĂan estar; eso hace que sea duro para
usted entender. Pero vamos a hacer todo lo posible para que podamos
hacerlo rápido.
2. Y – y hoy, espero que ustedes, si estoy un poquito
demorando, que ustedes me perdonen, porque este es el tiempo de
remachar este mensaje – el momento preciso para remacharlo. Lo
pusimos en tres porciones para que podamos estar seguros de
entenderlo.
3. Ahora, por supuesto, la – la congregación visible sabe que
éstos son – estos mensajes están siendo grabados, y son enviados
alrededor de todo el mundo. Prácticamente cada nación recibe estas
cintas alrededor del mundo; y me gustarĂa decir esto a los que oyen
las cintas, dondequiera que ustedes estén y en la parte del mundo
donde ustedes estén: que habrá algunas cosas aquà que usted no
podrĂa concordar conmigo, sobre las enseñanzas que yo – yo hago;
pero me gustarĂa declarar, hermanos, tal vez si usted lo explicara
de la manera como usted lo ve, eso – eso podrĂa ser diferente de
la manera como yo lo creerĂa, pero estarĂa alegre de escuchar a lo
que usted tendrĂa que decir.