📅 El Libro de Semanas - Pág 144
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LA PALABRA HABLADA 144 rá en esa Iglesia judía, entrará y llamará a Moisés con él. ¡Aleluya! ¿Lo ve usted? Y Él predicará este Mensaje de Pentecostés a estos judíos, que ellos rechazaron al Mesías. ¡Amén! ¿Ve usted eso? Será el mismo Mensaje Pentecostal que estos judíos predicarán a ellos. Y ellos aborrecerán a estos judíos tanto que los matarán. Y ellos serán odiados por todas las naciones. Y en la mitad de la semana… Porque ellos habían levantado un grande poderoso 144.000... Ellos tenían el Espíritu Santo, y hermano, usted habla acerca de hacer milagros, ellos los hicieron. Ellos detuvieron los cielos, y no llovió los días de su profecía; hirieron a la Tierra con plagas cuantas veces quisieron. Ellos causaron plagas y todo. Ellos darán a estos romanos un camino duro para andar; pero finalmente ellos serán muertos. Nuestro Dios es un Dios terrible cuando Él está enojado. Pero recuerde, eso es en la semana setenta; y la Iglesia está en la gloria. ¡Amén! Y la Cena de las Bodas está efectuándose. ¡Sí! 179. Ahora, note. Allí es donde la vemos a ella regresando al Templo Milenial aquí en el fin de la Edad Judía – los ungidos. Aquí Él viene sobre un caballo blanco – aquellos le siguieron sobre caballos blancos (caballos – poderes) vestidos de blanco, sangre – o vestidura teñida en sangre; escrito sobre Él: “El Verbo de Dios”. Él viene, el Poderoso Conquistador (¡Sí, Señor!) para establecer el Milenio – viniendo al Templo. ¡Gloria! Allí Él encuentra a esos 144.000. 180. Ahora, después de esa semana setenta aquí – la semana setenta... esto continúa durante esta semana setenta. Y en la tres, en medio de esa, él lo rompe, porque él mata a estos dos profetas pentecostales (sí, Señor) que hieren la Tierra. ¡Y muchacho! Él maldice a esa iglesia, y la quema con fuego. Y pues, ella... Hallamos que aun los marineros parados allí en su última risa, dirán: “Esa grande e inmortal ciudad de Roma, ella viene a su fin en una hora”. Ella fue hecha pedazos. Dios sabe cómo hacer las cosas. Y uno de los Ángeles miró y dijo: “Pues la sangre de cada mártir en Cristo fue hallada en ella”. Por su engaño, saliendo aquí, y organizándose, y haciendo toda esta clase de cosas, y contaminando a la iglesia, y trajo estas cosas allí, y martirizó a los mismos que trataron de defenderla y que trataron de sacarlos. ¡Gloria! Oh, yo – yo no sé – yo – yo siento como seguir