LA PALABRA HABLADA
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170. (Ese Cordero con los siete Sellos, solamente Uno en el Cielo
y en la Tierra pudo tomarlo…)
En un pesebre hace mucho tiempoYo sĂ© que eso es realmente asĂ,Un
bebé fue nacido para SalvarA los hombres de sus pecados. Juan le
vio en la riberaEl Cordero para siempre jamás.
Oh, bendito sea el Nombre del Señor. Oh, bendito sea el
Nombre,Oh, bendito sea el Nombre,Oh, bendito sea el Nombre del
Señor. Bendito sea el Nombre,Bendito sea el Nombre,Bendito sea el
Nombre del Señor.
171. Me gusta adorar, Âża usted no? Ahora, no venimos a la
Iglesia solamente para escuchar un sermĂłn; eso va con ello; pero
venimos a la Iglesia a adorar, a adorar en EspĂritu y en verdad.
Usted ha oĂdo la verdad; eso es la Palabra, Âżve? Ahora, adorar es
expresarse usted mismo a Él. ¿Ve?
172. “Oh, yo amo ese Hombre de Galilea”. Denos un acorde
sobre eso. ¿Conoce usted eso, Teddy? Lo he olvidado ahora… vamos
a ver… vamos a ver…
Oh, yo amo a ese Hombre de Galilea, de Galilea,Porque Él ha
hecho tantĂsimo para mĂ. Él ha perdonado todos mis pecados,Puso
adentro el EspĂritu Santo,Oh, yo amo, yo amo a ese Hombre de
Galilea, de Galilea.
El publicano fue a orar al templo un dĂa,Él clamĂł: “Oh,
Señor, ten misericordia de mĂ”.