LA PALABRA HABLADA
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Tabernáculo, yo aún no predicaba sobre el tema del infierno,
porque yo no podía descifrar si eso era un lugar ardiente o si eso
era una tumba… Y cada vez que la Palabra hablaba de sepulcro, yo
tomaba la traducción que decía ‘Hades’. Hades es el sepulcro.
Cada vez que eso hablaba de infierno (Hades), el sepulcro… Y yo lo
dejé a un lado hasta que realmente averiguara lo que yo estaba
hablando, entonces yo prediqué sobre el infierno. Así realmente
descubrí el cuadro entero y vi en dónde estaba eso… Porque yo
siento que un ministro es responsable ante Dios de lo que él dice a
esa congregación; porque ellos van a agarrarse de eso fuertemente.
Así entonces, ¿qué si los hubiera tenido a ellos agarrándose en
el lugar equivocado?, y entonces viene el tiempo donde eso no se
pararía, ¿ve? Y en esa visión que el Señor me dio hace tiempo,
cuando estos millones – cuando Uno hablándome dijo: “Usted será
juzgado primero por el Evangelio que usted predica”.
16. Yo dije: “Yo prediqué la misma cosa que Pablo, y el resto
de ellos”.
17. Y todas estas millones de voces gritaron: “Estamos
descansando de eso.” ¿Ve? Era en eso. ¿Ve? Correcto.
18. Entonces quiero continuar esta noche ahora, por lo tanto no
estaremos demasiado tiempo. Y no olviden ahora… lo hice esta
mañana… tengo unas notas aquí. Esta mañana estaba… hablé
sobre Daniel en cautividad, Gabriel viniendo a él e instruyéndole
del futuro. Eso es lo que tuvimos esta mañana: la instrucción del
futuro.
19. Ahora, esta noche estamos hablando sobre: “El Séxtuple
Propósito de la Visita de Gabriel a Daniel”, y el próximo
domingo, si el Señor lo permite, colocando las Setenta Semanas
donde ellas pertenecen en el elemento de tiempo, y dónde estamos
nosotros parados. Ahora, si podemos solamente hallar eso y hacerlo
seguro, positivo, entonces sabremos justamente la hora en que
estamos viviendo. Ahora, no sabremos cuándo Él vendrá. Nadie
sabrá eso. Jesús mismo no lo sabía. Él dijo que Él no lo sabía.
Él dijo que solamente el Padre sabía eso. Ni aun los ángeles lo
sabían. Ninguno de nosotros sabe cuándo Él vendrá. Pero podemos
decir la – la hora que – el tiempo que estamos viviendo –
sabiendo cuán cerca podemos estar.