LA PALABRA HABLADA
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tomarán fuego de los cielos y todo lo demás. Usted espere,
tenemos bastante aquĂ almacenado para nosotros aprender.
145. ¡Oh, qué gran Dios es El! ¡Qué misericordioso Padre!
Amigos, déjenme decir esto como su pastor: Usted no se da cuenta de
los privilegios bajo los cuales estamos viviendo. Usted no se da
cuenta. Hay muchos grandes hombres, hay muchos santos, hay miles de
hombres santos que murieron en años pasados, hombres llenos del
EspĂritu quienes hubieran querido haber visto este dĂa en el cual
ustedes están viviendo. Deje que usted y yo aprovechemos eso.
146. ¿Qué más tenemos que esperar? ¿Qué podemos hacer
después de esto? ¿A dónde vamos? ¿Qué va a suceder? Tenemos que
ir a alguna parte. Usted no puede permanecer aquĂ todo el tiempo.
Usted puede cortar su grama; la semana prĂłxima necesita otra
cortada. SĂ, dos veces antes de ese tiempo. Usted puede criar sus
hijos, usted les da su almuerzo, y al tiempo de la cena están
hambrientos de nuevo. Les alimenta en tiempo de cena, ellos están
hambrientos de nuevo la prĂłxima semana. Usted les compra un par de
zapatos, y si ellos son como los mĂos, cerca de dos o tres meses
usted les compra otro par. Usted les compra ropa este mes, en un mes
o dos usted necesita comprarles ropa nueva. ÂżVe? No hay nada
continuo; no hay nada estable; no hay nada que pueda permanecer.
No codiciéis estas riquezas vanas del mundoQue tan rápidamente
se marchitan;Edifica tus cosas en cosas eternalesEllas nunca
pasarán.
El tiempo está lleno de veloz traslación,Nada puede permanecer
inolvidable sobre la Tierra,Edifique sus esperanzas en cosas
eternas,¡Agárrese de la incambiable mano de Dios!
¡Agárrese de la incambiable mano de Dios!¡Agárrese de la
incambiable mano de Dios!Edifique sus esperanzas en cosas eternas.