LA EDAD DE SMIRNA 119
inclinaba hacia la organización, sin darse cuenta de que el deseo de compañerismo y lo que parecía ser un buen plan para nutrir la Obra de Dios, en verdad era una trampa del enemigo.
3. Con Ireneo no fue así; más bien él luchó en contra de cualquier forma de organización. También la historia de su vida durante la cual sirvió al Señor, fue una vida de muchas manifestaciones del Espíritu Santo; y la Palabra fue enseñada con una claridad y conformidad extraordinaria a los preceptos originales. Es conocido que sus iglesias en Francia tuvieron los dones del Espíritu en operación, porque los santos hablaron en lenguas, profetizaron, levantaron a los muertos, y sanaron a los enfermos por la oración de fe. Él vio el peligro en cualquier clase de hermandad organizada entre los ancianos, pastores, etc. Él se mantuvo sólidamente a favor de una iglesia local, unida, llena del Espíritu, y en la cual se manifestaban los dones. Y Dios le honró porque el poder de Dios se manifestó entre los santos.
4. Él también tenía un entendimiento claro en cuanto a la Deidad. Y como él era discípulo de Policarpo, quien era el discípulo de San Juan, podemos saber con seguridad que él tuvo la enseñanza más perfecta que se podía tener sobre este tema. En el Volumen I, página 412 de Los Padres Ante Nicea, tenemos esta declaración que él hizo acerca de la Deidad: “Todas las demás expresiones, asimismo, muestran el título de uno y el mismo ser: El Señor de Poder, el Señor, el Padre de todos, Dios Todopoderoso, Altísimo, Creador, Hacedor, y así, estos no son los nombres y los títulos de una sucesión de distintos seres, sino de uno y el mismo.” Él declaró claramente que estos solamente son títulos como también es Rosa de Sarón, Estrella Resplandeciente de la Mañana, el más Bello entre Diez Mil, etc. Ni tampoco hay más que un solo Dios. Su Nombre es: Señor Jesucristo.
5. Así que con su fidelidad exacta a la Palabra, su entendimiento maravilloso de las Escrituras y la asistencia del poder de Dios sobre aquel ministerio; es en verdad desafortunado que las otras edades no tuvieron en sus mensajeros tal combinación de frutos, poder y dirección en el Espíritu Santo y en la Palabra.
SMIRNA
6. La ciudad de Smirna estaba un poco al norte de Efeso, en la boca del golfo de Smirna. Por causa de su puerto tan fino, era