LA EDAD DE SMIRNA 139
Dios? Y cuando de cualquier manera lo material o los valores humanos empiezan a manifestarse como el medio por el cual Dios está obrando en lugar de solamente el Espíritu Santo, entonces estamos luchando en contra de Dios, y no juntamente con Dios.
69. Ahora, yo quiero que esto quede bien registrado. No estoy hablando en contra de los ancianos en la iglesia. No señor. Y aquel anciano puede ser tan pobre como cualquier otro, o puede ser el hombre más rico del mundo, con tal que sea un anciano en corazón y hechos. Yo no tardaría en ordenar a un hombre que tenga las verdaderas calificaciones espirituales de un anciano o un diácono, no importando sus condiciones económicas o su posición social. Pero cuando usted ve un sistema social o económico entrar en la iglesia, que divide a la gente de cualquier modo, eso no es de Dios. Es otra señal de los tiempos en esta Edad de Laodicea en la cual estamos viviendo; está rica materialmente, pero espiritualmente está empobrecida.
70. “Yo sé tu pobreza.” ¿Se dio cuenta usted de que su pobreza está ligada con la sinagoga de Satanás en ese mismo versículo? Sí, es la organización rica y poderosa que tiene la riqueza, y siempre echa para fuera a la gente pequeña que sirve a Dios. Cuando el Espíritu de Dios se mueve en los corazones de los hombres, ¿quién es el que deja los edificios y las propiedades? El rebaño pequeño siempre deja todo a la organización grande. Y entonces ¿a dónde va la gente? Ellos adoran en hogares, tiendas viejas y sótanos, igual como hicieron en el pasado cuando fueron a las catacumbas.
71. Estas gentes eran pobres en los bienes de este mundo. Ciertamente. Pero eran ricos en Espíritu.
72. “Yo sé su blasfemia.” Ahora, el pensamiento aquí no es que estos mentirosos estaban blasfemando a Dios, aunque eso está sobreentendido, más bien estaban blasfemando contra la Iglesia Verdadera. Siempre es así. Los judíos de Jerusalem blasfemaron contra la iglesia en el principio. Los politeístas gentiles hicieron lo mismo. Si hay alguien que será menospreciado, ha de ser la simiente verdadera. En el tiempo de Nerón, a los cristianos se les echaba la culpa de toda calamidad; hasta los hicieron culpables del incendio de la ciudad de Roma. En países comunistas el rebaño pequeño siempre es el primero en ser exterminado, aunque en tamaño sea insignificante. Aunque los cristianos son gente buena y leal, que hacen solamente bien, serán perseguidos hasta el fin con el propósito de que sean físicamente eliminados.