📖 El Libro de Edades - Pág 148
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LAS SIETE EDADES DE LA IGLESIA 148 Principio de la Creación de Dios. Eso es lo que es Jesús. Y aquel Ser Santo fue llenado de Sangre Santa, la Sangre de Dios. Aquel tabernáculo vino a vida. Él creció hasta ser un hombre. Él fue al Jordán y allí aquel Sacrificio fue lavado por Juan en el río del Jordán. Cuando el Sacrificio Aceptable salió del agua, Dios vino y moró en Él, llenándole con el Espíritu sin medida. Y cuando Él murió y derramó Su Sangre, la Vida perfecta de Dios salió para regresar sobre el pecador que aceptara a Cristo como su Salvador. 111. ¡Oh, cuán extraordinario es! Jehová nació llorando allí entre las vacas. Jehová nació en un pesebre de paja. Allí está su señal eterna a los seudointelectuales orgullosos e hinchados que han producido sus propias teorías y han negado la verdad de Dios. Jehová Dios, un niño llorando en un establo hediondo. Y luego nosotros pensamos que tenemos derecho de ser orgullosos, olfateando, criticando y portándonos como si fuéramos algo. Aquí está su señal verdadera. Esta es la correcta: Jehová jugando como un niño, Jehová trabajando en una carpintería, Jehová lavando los pies de pescadores. 112. “Os daré una señal,” dijo Dios, “no la señal de un sacerdocio de cuello blanco; no la señal de riquezas y poder; no hay nada en esta señal que habréis de querer, ni penséis que sea adecuado. Pero es una señal eterna. Es la mayor señal de todas.” Jehová en el patio de la corte, herido y sangrando con espinas en Su frente; escupido en su cara, mofado y puesto en desprecio. Jehová siendo despreciado y rechazado, colgando desnudo allí en la Cruz, mientras los hipócritas le escarnecían y le desafiaban que se bajara de la Cruz. Jehová muriendo. Jehová orando y nada sucediendo. Entonces Jehová murió. Esa es la señal para todo hombre hoy. No hay otra semejante. Esa es la mayor. 113. Entonces vino oscuridad sobre la Tierra. Lo pusieron en una tumba. Allí se quedó aquellos tres días con sus noches, hasta que un terremoto interrumpió las tinieblas de la noche y Él resucitó. Jehová salió de la tumba. Jehová ascendió a lo alto. Entonces Jehová volvió para morar en Su Iglesia. Jehová regresó como un viento recio que corría y como llamas de fuego. Jehová regresó para andar en medio de Su Iglesia y para dar poder a Su pueblo. Una vez más vino Jehová, y esta vez para habitar entre Su pueblo. Y una vez más Jehová sana a los enfermos, levanta a los muertos y se manifiesta por el Espíritu. Jehová regresó, hablando en lenguas y dando la respuesta en interpretación.