LAS SIETE EDADES DE LA IGLESIA 26
90. Ahora, lo que he dicho no solamente es verdad, pero avancemos un paso más. Hoy día tenemos algunos estudiantes que expresan que los manuscritos originales fueron escritos en arameo, el idioma de Jesús y la gente de Su día. Ellos manifiestan que la gente no hablaba ni escribía el griego como es tan comúnmente creído. Y el hecho es que nuestros historiadores están divididos sobre eso. Por ejemplo, el Dr. Schofield, un estudiante muy sobresaliente, por medio de una investigación sistemática y científica ha probado, para su propia satisfacción, que el Nuevo Testamento fue escrito en el vernáculo de la gente que hablaba griego en aquel día. Él construye un magnífico caso para fortalecer sus creencias, basado en los documentos a su disposición. Pero por la otra parte tenemos otro estudiante célebre, el Dr. Lamsa, quien está convencido que el Nuevo Testamento fue escrito en arameo y él tiene un historiador sobresaliente, Toymbee, que lo respalda probando que el idioma de la gente era el arameo y no el griego. Así que puede ser posible que el Nuevo Testamento fue escrito originalmente en el arameo.
91. Sin embargo, antes de que nos interesemos demasiado en esto, leamos la versión De Valera y la traducción del Dr. Lamsa. Para nuestra satisfacción hallamos que las conclusiones de ambos son casi iguales, así que no hay diferencia en el contenido o en la doctrina. Aun podríamos admitir que Dios ha permitido que salgan a la luz estos manuscritos recientemente descubiertos y estas publicaciones recientes de escrituras ya conocidas para probar la autenticidad de lo que ya teníamos. Y hallamos que aún cuando traductores puedan diferir el uno del otro, los manuscritos no son así.
92. Ahora, usted puede ver que no se puede basar la interpretación en el profundo conocimiento que el estudiante tenga del idioma en que fue escrita la Biblia. Pero si usted todavía no lo puede ver porque tiene su mente velada con tradiciones, aquí está una ilustración final. Nadie puede dudar que los escribas, fariseos y estudiantes ilustres del año 33, conocían perfectamente las reglas de la gramática, y exactamente lo que querían decir las palabras con las cuales fue escrito el Antiguo Testamento; pero no obstante toda su excelente sabiduría, les pasó por alto la revelación de la Palabra prometida de Dios, la cual fue manifestada en el Hijo. Él fue anunciado desde Génesis hasta Malaquías, con capítulos enteros dedicados a Él y a Su ministerio, pero sin embargo, se les escapó completamente, con la excepción de unos pocos que fueron iluminados por el Espíritu.