📖 El Libro de Edades - Pág 27
⬅️ 27/431 ➡️
LA REVELACIÓN DE JESUCRISTO 27 93. Ahora llegamos a una conclusión, la cual tiene base en la Palabra. Por más que tratemos de hallar los más antiguos y acreditados manuscritos para obtener el mejor registro posible de la Palabra, nunca hallaremos el significado verdadero por medio del estudio y comparación de las Escrituras. No importa cuan sinceros seamos. SE NECESITA UNA REVELACIÓN DE DIOS PARA OBTENERLO. Eso es exactamente lo que dijo Pablo en Primera de Corintios 2:13:Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu. 94. La revelación genuina es Dios interpretando Su propia Palabra por la vindicación de lo que está prometido. 95. Ahora, no vaya a ser que alguien se haya confundido por lo que he dicho, y se vaya a ir pensando que yo no creo en la exactitud de la Palabra como la tenemos hoy. Yo creo que esta Biblia es exacta. Jesús autenticó completamente el Antiguo Testamento cuando anduvo en la Tierra, y aquello fue recopilado igual como fue el Nuevo Testamento. No tenga cuidado, hoy día nosotros tenemos la infalible Palabra de Dios, y ningún hombre se atreve a quitarle o agregarle. Pero nosotros necesitamos el mismo Espíritu que la inspiró, para que nos la enseñe. 96. ¡Oh, cuánto necesitamos la revelación por el Espíritu! No necesitamos una Biblia nueva, no necesitamos una traducción nueva, aunque algunas de ellas son muy buenas, y yo no estoy en contra de ellas; pero NECESITAMOS LA REVELACIÓN DEL ESPÍRITU. Y gracias a Dios, podemos tener lo que necesitamos porque Dios quiere revelar Su Palabra a nosotros por medio de Su Espíritu. 97. Que Dios nos comience a dar, por Su Espíritu, revelación prevaleciente y continuamente vivificante. ¡Oh, si la iglesia tan sólo pudiera obtener una revelación fresca, y por medio de ella llegar a ser la Palabra viva manifestada; haríamos las obras mayores y glorificaríamos a Dios nuestro Padre que está en el Cielo! LIBERTADO DE PECADOAl que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre. Apocalipsis 1:6