📖 El Libro de Edades - Pág 32
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LAS SIETE EDADES DE LA IGLESIA 32 Entonces se dio a llorar a voz en grito; y oyeron los Egipcios, y oyó también la casa de Faraón. Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José: ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él. Entonces dijo José a sus hermanos: Llegaos ahora a mí. Y ellos se llegaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano el que vendisteis para Egipto. Ahora pues, no os entristezcáis, no os pese de haberme vendido acá; que para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros. Que ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aun quedan cinco años en que ni habrá arada ni siega. Y Dios me envió delante de vosotros, para que vosotros quedaseis en la tierra, y para daros vida por medio de grande salvamento. 116. Ahora, ¿no cuadra eso perfectamente con Zacarías 12? Uniendo estas dos porciones, sin duda, obtendremos exactamente la verdad. 117. Cuando José era aún muy joven, fue odiado por sus hermanos. ¿Por qué fue odiado por sus hermanos? Porque él era espiritual. No fue culpa de él que viera aquellas visiones, ni que soñara aquellos sueños e interpretara. Eso estaba dentro de él. Él no podía manifestar ninguna otra cosa más de lo que estaba dentro de él. Por lo tanto, el odio de sus hermanos fue sin causa. Pero él fue el amado de su padre. Su padre era profeta y entendía. Allí está un tipo perfecto de Cristo. Dios el Padre amaba al Hijo, pero los hermanos (escribas y fariseos) le odiaban porque podía sanar a los enfermos, obrar milagros, predecir el futuro, ver visiones e interpretarlas. Esa no fue causa para odiarle, pero lo hicieron, igual como los hermanos de José. 118. Ahora, recuerde cómo fue que aquellos hijos de Jacob trataron a José: Le echaron en una cisterna, tomaron la ropa de colores que su padre le había dado y la tiñeron con sangre para hacer creer a su padre que el muchacho había sido devorado por algún animal, lo vendieron a unos negociantes de esclavos que lo llevaron a Egipto, y allí fue vendido a un general. La esposa del general lo acusó falsamente, pero dentro de poco tiempo su habilidad como profeta le trajo a la presencia de Faraón, y fue