LAS SIETE EDADES DE LA IGLESIA 80
lo. Ella no era semejante a las otras imĂĄgenes colocadas en otros templos dedicados a ella. Ella era simplemente una figura femenina casi sin forma, que al fin terminaba en el trozo de madera del cual ella habĂa sido formada. Sus dos brazos fueron formados por dos barras simples de hierro. ÂĄCuĂĄn perfectamente representa esto el espĂritu del anticristo que fue manifestado en la primera edad! AllĂ estaba manifestado en medio de la gente, y aun no tomĂł forma para no alarmar al pueblo. Sin embargo, los dos brazos de hierro mostraban que su intenciĂłn era aplastar la obra de Dios a medida que hacĂa su invasiĂłn. Y nadie parecĂa fijarse en Ă©l o en lo que hacĂa. Pero algĂșn dĂa se fijarĂan, cuando con aquellos brazos de hierro, sus âobrasâ llegaran a ser âdoctrinaâ, y su doctrina llegara a ser la ley de un imperio.
33. El orden del servicio en el templo tambiĂ©n es muy revelador. En primer lugar, habĂa sacerdotes que eran eunucos. Este sacerdocio estĂ©ril pronosticĂł la esterilidad de una gente que se irĂa alejando de la Palabra, porque una gente que dice que conoce a Dios fuera de la Palabra, estĂĄ tan estĂ©ril de vida como lo es un eunuco: estĂ©ril. En segundo lugar, el templo tenĂa dentro de sus lĂmites a las sacerdotisas, vĂrgenes que desempeñaban los actos religiosos del templo. Esto preanunciaba el dĂa en que ceremonias y formas, rituales y obras, tomarĂan el lugar del EspĂritu Santo, y entonces la manifestaciĂłn carismĂĄtica jamĂĄs inundarĂa el templo de Dios. Sobre todos estaba el pontĂfice, un hombre de poder polĂtico e influencia pĂșblica, representando lo que ya estaba en progreso, aunque no estaba manifestado aĂșn; es a saber, dentro de poco tiempo la iglesia serĂa entregada bajo la direcciĂłn del hombre con los planes del hombre y los deseos del hombre, y el ASĂ DICE EL ESPĂRITU SANTO jamĂĄs serĂa una realidad viva. Y debajo de todos estaban los esclavos del templo, quienes no tenĂan primacĂa tenĂan que obedecer la jerarquĂa religiosa. ÂżQuĂ© puede significar esto, sino que vendrĂa el dĂa cuando el clero investido, por maniobras polĂticas, ayudas del Estado, y la imposiciĂłn de credos, dogmas y direcciĂłn humana, en vez de la Palabra y el EspĂritu, esclavizarĂa al laico, mientras que los lĂderes vivirĂan en lujos por bienes no obtenidos legalmente, y se gozarĂan en sus placeres inmundos mientras que la gente pobre que deberĂan ser servidos, de acuerdo con el plan de Dios, ahora eran los siervos?
JESĂS: SUS MENSAJEROS Y SUS IGLESIASEl que tiene las siete estrellas en su diestra, el cual