LA EDAD DE EFESO 91
Dios. Estos efesios eran cristianos. Ellos llevaron un Nombre, y aquel Nombre era Cristo, Quien era el Espíritu de Dios morando dentro de ellos, el cual era uno de los triples Nombres de su Señor.
63. “…y has trabajado por mi nombre y no has desfallecido.” Estos creyentes no estaban trabajando por Pablo o por una organización. No fueron sometidos a programas e instituciones por medio de las cuales obtenían posesiones de valor. Ellos trabajaban por el Señor. Eran Sus siervos, no los esclavos de una organización. No iban a la iglesia el domingo para hablar acerca del Nombre, y luego olvidarlo el resto de la semana. No ofrecían servicio de labios a aquel Nombre. No señor. Fueron sus vidas lo que ellos dieron.
64. Todo lo que hicieron, lo hicieron en aquel Nombre. Obraban en aquel Nombre, pero si no podían obrar en aquel Nombre, entonces no obraban. Estos fueron cristianos colocados celestialmente y su comportamiento armonizaba con el Señor.
65. Pero aquel grupo de la viña falsa que quería corromper aquel Nombre, se quedaba en la oscuridad como lobos ocultos, esperando entrar y destruir. Pero los santos de Dios soportaron la prueba y preservaron la Palabra y el Nombre.
LA QUEJA DE DIOS
Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. Apocalipsis 2:4
66. Para entender esto, usted tiene que comprender que el Espíritu no estaba hablando solamente a aquellos primeros santos de Efeso. Este Mensaje era para la edad entera, que duró como unos 120 años. Entonces el Mensaje era para todas las generaciones en ese espacio de tiempo. Ahora, la historia sigue repitiéndose. En las generaciones de Israel vemos avivamiento en una generación, sólo para ver que los fuegos están decayendo en la siguiente. En la tercera generación puede ser que el rescoldo esté encendido un poco, pero para la cuarta puede ser que no haya ninguna señal del fuego original. Entonces Dios enciende el fuego de nuevo y se repite el mismo procedimiento. Simplemente es la manifestación de la verdad de que Dios no tiene nietos. La salvación no es engendrada por el nacimiento natural, igualmente como no hay verdad alguna en la sucesión apostólica; no