📖 El Libro de Edades - Pág 94
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LAS SIETE EDADES DE LA IGLESIA 94 LA AMONESTACIÓN DE DIOS Recuerda por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré presto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Apocalipsis 2:5 72. Dios les dice que recuerden. Claro está que algo se les había escapado de la mente, se habían olvidado de algo. Él les dijo que volvieran en sus mentes al punto de origen. El origen de la primera edad fue Pentecostés, pero ellos habían caído de ese nivel, se habían olvidado de la gloria y la maravilla de Pentecostés. Era tiempo de volver en la mente a la realidad, volver a donde podían decir: “Porque para mí el vivir es Cristo.” Volver a la pureza como cuando trataron con Ananías y Safira, volver a la puerta la Hermosa. ¡Oh, qué infamia es desviarse del camino de Dios y apoyar aquellos hechos que deshonran Su Nombre! Todo aquel que invocare Su Nombre, apártese de iniquidad y mantenga su vaso puro para Dios. Fíjese en lo que usted era antes en su corazón, y en su mente, y en su vida; entonces vuelva a eso. 73. Y ¿cuál es la manera de volver? El camino a seguir es el camino del arrepentimiento. Si un pecador tiene que venir a Dios por el camino del arrepentimiento, entonces el cristiano tibio o el que ha resbalado tendrá que arrepentirse mucho más. ¡Arrepiéntase! Haced pues, frutos dignos de arrepentimiento. Pruébelo por medio de su vida. Dios dice: “Si no se arrepienten, quitaré su candelero.” Ciertamente. Una iglesia en esa condición no puede impartir luz al mundo. Su luz se ha vuelto en oscuridad. Entonces Dios quitará su mensajero fiel y sus pastores fieles y los dejará a sí mismos, y ellos continuarán hablando acerca del cristianismo, pero estarán privados de ello. 74. ¡Arrepiéntase pronto! ¡No dilate! Claro está que Efeso dilató porque su tiempo de vida no fue muy largo. La gloria de Dios disminuyó rápidamente. No tardó mucho tiempo para que la ciudad quedara convertida en ruinas. Su templo glorioso llegó a ser un montón sin forma. La tierra llegó a ser un pantano habitado por aves del agua; la población se había ido por completo, con excepción de unos cuantos incrédulos en una aldea sucia. No había ni siquiera un solo cristiano. El candelero fue quitado de su lugar.