LA EDAD DE EFESO 93
el fuego habĂa muerto y lo negro de la ceniza era casi todo lo que les quedaba.
69. Hace unos momentos mencionĂ© que Juan entendĂa lo que era amar a Dios. Aquel gran apĂłstol de amor ciertamente se dio cuenta cuando la Iglesia comenzĂł a perder aquel primer amor de Dios. Él dice en 1 Juan 5:3:
Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos (Su Palabra).
70. Un pequeño desvĂo de la Palabra es un paso fuera de Cristo. La gente dice que ama a Dios, van a la iglesia, aun gritan y se regocijan, cantan y tienen un gran tiempo emocional; pero cuando todo ha cesado, fĂjese y vea si están en esa Palabra, caminando en ella, viviendo en ella. Si hacen todo lo demás y luego no caminan en esa Palabra, ellos pueden decir que aman a Dios pero sus vidas demuestran lo contrario. Tengo curiosidad por saber si Juan no vio mucho de eso antes de morir: a la gente diciendo que amaban a Dios, pero no obedeciendo Su Palabra. ¡Oh, iglesia de Efeso! Algo está sucediendo con ustedes, alguien está tratando de agregar o quitar de aquella Palabra; pero lo están haciendo tan astutamente que ustedes no lo pueden notar. No han hecho todavĂa algo tan grande que se pueda notar abiertamente. Lo están haciendo solapadamente, y lo están trayendo por medio del razonamiento y entendimiento humano que se apoderará de ustedes si no lo rechazan. ¡VuĂ©lvanse a PentecostĂ©s antes de que sea demasiado tarde!
71. Pero como siempre, la gente no hace caso al aviso de Dios. Aquella antorcha de avivamiento edificada sobre la sagrada Palabra es tan maravillosa, y la manifestaciĂłn del EspĂritu tan bendita, que un poquito de temor entra y una voz quieta dice al corazĂłn: “¿CĂłmo podemos proteger esta verdad que tenemos? ÂżQuĂ© podemos hacer para asegurar que este avivamiento continĂşe?” Entonces es cuando el espĂritu anticristo entra y dice: “Mira, ahora tĂş tienes la verdad, toma cuidado que no se pierda. OrganĂzate y establece tu credo de lo que crees. Ponlo todo en un manual eclesiástico.” Y asĂ lo hacen. Se organizan. Le agregan a la Palabra. Y se mueren igual como Eva por haber tomado solamente una palabra equivocada. Es la Palabra de Dios la que trae Vida. Y lo que cuenta no es lo que nosotros decimos acerca de la Palabra, sino lo que dijo Dios.