📜 El Libro de Sellos - Pág 118
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LOS SIETE SELLOS 118 lo concerniente de estos siete candeleros que viste allá en el principio. Escribe a cada iglesia y diles lo que ves.” 82. Entonces se oyó el trueno, y Juan supo que era la Voz de Dios. Entonces el animal como león, dijo: “Ven y ve lo que es.” Y Juan tomó su pluma para escribir lo que iba a ver. Ahora él no vio completamente lo que era, ni lo entendió cabalmente; más bien vio lo que Dios estaba enviando a la iglesia para un espacio de tiempo. Ahora, Él siempre hace esto: Él revela la cosa cuando es el tiempo de revelarlo. ¿Por qué no lo reveló en aquella ocasión? Porque lo retendría como un secreto hasta los últimos días, hasta el tiempo en que sonara el Mensaje del último ángel; el cual Mensaje juntaría todos estos misterios para aclararlos. 83. Todo lo que Juan vio fue un caballo blanco salir con un jinete, y eso fue lo que escribió. Cuando le fue dicho: “Ven y ve,” Juan fue para ver algo y escribirlo para la iglesia, pero cuando se asomó vio un caballo blanco, y el que estaba montado tenía un arco; el cual salió para conquistar, y le fue dada una corona. Eso es todo lo que Juan vio, y eso fue lo que escribió. Ahora, todo eso está en símbolos; esa es la manera como la iglesia debiera recibirlo, pero con la promesa de que en el último día Él lo revelaría para mostrar lo que era en realidad. ¡Que Dios nos ayude a entender! Pero esto no sería dado a conocer completamente hasta el Mensaje del ángel de esta última edad de la Iglesia. 84. Ahora note bien: El mensajero de esta séptima edad de la Iglesia no da comienzo a una denominación como hicieron los demás. Recuerde, él no hace eso; por el contrario, si usted se fija bien, notará que está en contra de tales cosas. ¿Estaba Elías en contra de esas cosas? Ciertamente. ¿Estaba Juan el Bautista, con el espíritu de Elías, en contra de eso? ¿Qué clase de espíritu tenía Elías, cuando...? No sabemos mucho en cuanto a Elías, solamente que era un hombre pero era un profeta. Fue odiado tanto. ¿Y cuándo llegó a la escena? En el mero tiempo de la gran popularidad de Israel, cuando todos se habían vuelto mundanos. Él apareció y fustigaba las mujeres y amaba el desierto. Esa era su naturaleza. 85. Entonces aquella gente en el día de Juan debió haber reconocido cuando él salió del desierto con el mismo espíritu de Elías. Él no vino bien vestido como las personas de importancia (como dije anoche de los que se ocupan de besar los niñitos, unir los matrimonios, enterrar los muertos, etc.) sino que este hombre salió del desierto; pues él amaba el desierto. Otro detalle fue que