📜 El Libro de Sellos - Pág 12
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LOS SIETE SELLOS 12 quien construirá el Templo, el cual será un Templo Eterno, y sobre tu hijo, el Hijo de David, será un Reino eterno, el cual Él controlará.” Salomón, el hijo de David según la carne, construyó una casa para el Señor, un templo; pero cuando vino la verdadera Simiente de David, el Hijo de David, Él dijo que vendría un tiempo cuando no habría una piedra sobre otra de aquel templo; pero Él trató de mostrarles otro Templo. Juan el Revelador en el libro de Apocalipsis vio este Tabernáculo, en Apocalipsis capítulo 21. Él vio el Nuevo Templo descendiendo del Cielo, dispuesto como una esposa ataviada para su marido. Entonces una Voz procedía del Templo: Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y el mismo Dios será su Dios con ellos. Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas son pasadas. Apocalipsis 21:3-4 37. Entonces el verdadero Hijo de David, el cual veremos con más detalles en los mensajes de esta semana, vendrá a Su Templo, el Templo de Dios, el Tabernáculo verdadero, el cual Él ha ido a construir ahora, como dijo en Juan capítulo 14: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay, y yo iré... (¿Qué quería decir con eso? Que ya estaba preordenado) y yo iré a preparar un lugar para vosotros, y entonces volveré para recibiros a mí mismo.” Y desde luego, nosotros sabemos que eso será en la gran edad que está por delante; entonces la verdadera Simiente de David, Jesucristo, tomará el Trono, y allí gobernará sobre la Iglesia como Su Novia en la casa con Él, y también sobre las doce tribus de Israel por toda la eternidad. 38. Entonces, estos lugares... Así como David no pudo construir el verdadero tabernáculo de Dios porque no estaba preparado para ello (él no podía hacer nada siendo un mortal que había derramado sangre), así es también hoy con nosotros: no estamos preparados para construir el verdadero Tabernáculo de Dios. Hay uno solo que lo puede hacer y aún está ocupado en su construcción ahora mismo. Pero este tabernáculo, juntamente con el templo que edificó Salomón y los demás, son lugares de adoración a Dios, pero lugares temporales hasta que llegue la hora cuando el verdadero Tabernáculo sea establecido sobre la Tierra y la justicia reine de Cielo a Cielo, y no haya más llanto. No habrá ningún culto funerario en aquel Tabernáculo, ni habrá más matrimonios, porque será un solo Matrimonio por toda la eternidad. ¡Qué tiempo será! 39. Pero propongamos en nuestros corazones hoy, que en conmemoración y en espera de aquel Tabernáculo, nosotros nos caracterice