📜 El Libro de Sellos - Pág 121
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EL PRIMER SELLO 121 Y tenía en su mano un librito abierto (Ahora, para este momento los Sellos ya habían sido abiertos. Los estamos abriendo ahorita, pero aquí donde estamos leyendo, ya están abiertos): y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; Y clamó con grande voz, como cuando un león ruge: y cuando hubo clamado, siete truenos hablaron sus voces. Y cuando los siete truenos hubieron hablado sus voces, yo iba a escribir, y oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han hablado, y no las escribas. (¡No las escribas!)Y el ángel que vi estar sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo, Y juró por el que vive para siempre jamás, que ha criado el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no será más (¡Cuidado! No se les escape esto que sigue).Pero en los días de la voz del séptimo ángel (Este es el último ángel, un ángel terreno)... 95. El otro Ángel bajó del Cielo... (Apocalipsis 10:1) Entonces sabemos que éste no fue Él, porque Él vino del Cielo, pero aquí está hablando de la voz del séptimo ángel; y cualquiera sabe que “ángel” significa “mensajero.” Este es el mensajero a la edad de la iglesia. Pero en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comenzare a tocar la trompeta, el misterio (los Siete Sellos, todos los misterios) de Dios será consumado, como él lo anunció a sus siervos los profetas. Apocalipsis 10:1-7 96. Todos los misterios son revelados. Ese es el ministerio de este ángel. ¿Ve usted? Es tan sencillo que todo el mundo pasa por encima y ni lo ve. Pero será perfectamente vindicado. Todo el que quiere ver, lo verá. Correcto. Pero también habrá aquellos como hubo en el día de Jesucristo. Él dijo: “Teniendo ojos no podéis ver, y teniendo oídos no podéis oír, porque así lo ha dicho Isaías.” 97. Ahora vamos a ver esto en detalle. Note bien. ¡Cómo amo este estudio! Los demás eran reformadores y a la vez eran grandes hombres de Dios, y vieron la necesidad de su propio día y trajeron