📜 El Libro de Sellos - Pág 17
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DIOS EN SIMPLICIDAD 17 60. Muchos lo pasan por alto por razón de la manera en que se revela. El hombre tiene sus propias ideas de lo que debe ser Dios y sobre lo que Dios hará. Como he dicho muchas veces, el hombre es igual a como siempre ha sido; él siempre está alabando a Dios por lo que hizo, mirando a lo que Dios hará en el futuro, pero ignorando lo que Dios está haciendo en el presente. Así es. Miran para atrás y ven la cosa tan grande que Dios hizo, pero no pueden ver la cosa tan sencilla que Dios usó para efectuarla. Miran adelante y ven lo grande que viene, y en nueve de diez casos, las cosas ya están sucediendo todo a su derredor, sin embargo es tan sencillo que no lo saben. 61. Había un hombre aquí en la ciudad vecina de Utica y, si algunos de sus parientes están aquí hoy, sepan que yo no digo esto con malas intenciones; él era un veterano de la Guerra Civil, creo que era del partido del sur; resulta que era un pagano y clamaba que no existía tal cosa como un Dios. Su nombre era Jim Dorsey, puede ser que muchos de ustedes aquí lo conocieron. Cuando yo era jovencito él me regalaba muchos melones, tenía un jardín cerca del río; también era muy amigo de mi papá. Pero un día sucedió una de las cosas más tremendas que le fue dicho como en contraste a su creencia, y le causó mucha tristeza; y yo entendí que como resultado de esta experiencia, el hombre fue gloriosamente convertido a Jesucristo como a la edad de 85 años. Un cierto día se encontró con una niñita que venía de la escuela dominical, y él le preguntó: “¿Por qué pierdes el tiempo yendo a la iglesia?” 62. Ella le respondió: “Porque creo que hay un Dios.” 63. Él entonces le dijo: “Hijita, tú estás tan errada en creer tales cosas.” Entonces la niñita se inclinó y cortó una florecita de una matita y le preguntó al anciano: “Sr. Dorsey, ¿me puede decir usted cómo es que esta florecita vive?” Allí fue el fin del argumento. Cuando él empezó a razonar, pudo haberle respondido a la niña: “Pues está viviendo en la tierra.” Entonces ella pudo haberle preguntado: “¿Y de dónde viene la tierra, cómo llegó aquí esa semillita?” Y así sucesivamente hasta que él lo pudiera entender. 64. Entonces como usted puede ver, no hallamos la grandeza y realidad de Dios revelada en las cosas grandes de las cuales pensamos, sino Él está en las cosas sencillas. Le agrada a Dios revelarse, y luego ocultarse, ocultarse y luego revelarse en las cosas sencillas. Estas cosas le pasan por encima al hombre, pues usted puede decir: “¿Por qué obraría así un Dios justo?” Es porque el hombre fue hecho originalmente de una manera que no tratara de cuidarse a sí mismo. El hombre fue hecho para confiar completamente en Dios. Por eso somos figurados como corderos u ovejas. Una oveja no se puede guiar a sí misma, tiene que tener quién la guíe; y el Espíritu Santo es Quien nos debe estar guiando. Entonces así es hecho el hombre;