LOS SIETE SELLOS 18
y Dios hizo todas Sus obras tan sencillas para que las personas sencillas las pudiesen entender. Dios se hace sencillo juntamente con los sencillos para así ser entendido por los sencillos; de otra manera, dijo en Isaías capítulo 35:
“De tal manera que los insensatos no yerren.”
Es tan sencillo. Y nosotros sabemos que Dios es tan grande hasta que esperamos que sea un Ser muy grande, y entonces pasamos por alto las cosas sencillas; tropezamos con la sencillez. Así es como fallamos en nuestra búsqueda de Dios: tropezamos con la sencillez.
65. Dios es tan sencillo hasta el punto que los sabios de este día, y también de los días pasados, lo pasan por alto a una distancia incalculable, porque ellos en su inteligencia saben que no hay nada semejante a la grandeza de Dios; pero Dios en Su revelación viene tan sencillamente que ellos le pasan por encima y no lo reconocen. Estudie todo esto bien. Y ustedes que están de visita, cuando regresen a los lugares donde están hospedados, tomen estas notas y mediten sobre ellas. No tenemos tiempo para estudiar con muchos detalles como debiera ser, pero quiero que se junten y hagan su propio estudio cuando regresen a su hotel.
66. Lo pasan por alto por la manera en que se revela, porque Él es tan grande, y sin embargo se esconde en la sencillez para así revelarse a los de menos importancia. No trate de entender lo supremo porque Él está por encima de ello, más bien escuche la sencillez de Dios y luego le hallará, en la manera sencilla. La educación bien pulida del mundo y su sabiduría siempre falla en hallar a Dios. Ahora, yo sé que hay dos o tres maestros aquí con nosotros y yo no estoy aquí diciendo esto para contradecir las escuelas y la educación, y respaldar el analfabetismo, no señor, pero lo que sucede es que la gente pone tanta importancia sobre estas cosas hasta el punto que aun en los seminarios están pasando por alto la mera cosa que Dios les ha puesto por delante.
67. Yo no estoy en contra de los hermanos que están en las denominaciones, pero más bien estoy en contra del sistema denominacional, porque su fin es de magnificarse a sí mismo y educar sus ministros hasta tal punto que si no tienen cierta educación, son echados fuera, y hasta los someten a exámenes de psiquiatras. Yo nunca he pensado que sea la voluntad de Dios examinar un ministro por medio de la psiquiatría, sino examinarlo por la Palabra; así sería la manera de Dios examinar Su hombre que está por enviar para que tenga la Palabra: “predica la Palabra.” Hoy día están predicando la filosofía y los credos denominacionales y tantas otras cosas, y están dejando la Palabra a un lado, porque, según dicen, no puede ser entendida. Pero SÍ puede ser entendida; Él prometió hacerlo, y le estamos pidiendo que lo haga.