📜 El Libro de Sellos - Pág 36
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LOS SIETE SELLOS 36 padres se casaran.” Ahora, lo que pensaba María, pero no importaba lo que pensaron todos los demás, ella guardó estas cosas en su corazón, allí las escondió. Ellos sabían que no podían decir nada en contra. A veces Dios habla a los suyos y les dice: “Cállate, no digas nada.” 129. Yo he tenido elementos en los cultos que han dicho: “Si usted es siervo de Cristo y sabe que esto está sucediendo...” Desde luego, yo sé que eso está sucediendo, pero ¿qué podemos hacer cuando Él dice: “Cállate, no digas nada”? 130. El otro día le estaba mostrando a un hombre algo en el libro, algo que fue hablado hace muchos años. Él me dijo: “Pues yo no podía entenderlo.” 131. Entonces le dije: “¿Ve usted?” Allí estaba y hasta tenía la fecha al lado y todo lo que sucedió, muchos lo han visto en el libro; dije que tal y cual cosa sucederá y cómo iba a suceder. 132. Me preguntó: “¿Por qué no dijo usted algo antes?” Tenía que ser de esta manera. 133. José conocía la verdad; él sabía de quién era ese niño. María también sabía de quién era. Jesús sabía quién era Su Padre. ¿Qué dijo? “Me conviene estar en los negocios de mi Padre.” No era trabajo de aserradero, de hacer puertas, etc., sino el negocio de SU PADRE. Le dijo a Su madre: “¿No puedes entender que tengo que estar en los negocios de mi Padre?” Todos pensaban que este niño era ilegítimo y que era un tipo muy raro, y ahora salió con estas cosas. Pero Dios se estaba escondiendo. Escuche bien, Dios se estaba escondiendo en lo que el mundo tenía por inmundicia, corrupción, ilegitimidad. Fíjese en Dios escondiéndose en la corrupción de un mar muerto para entonces producir vida. ¿Lo entienden? 134. Dios se puede esconder en una sencilla lavandera o en algún hombre cualquiera, quien con su almuerzo envuelto debajo de su brazo se despide de su esposa e hijos con un beso y sale por allí, y Dios se puede esconder en tal persona para hacer algo de lo cual el arzobispo no sabe nada. Usted no lo ve tocando trompeta y anunciando sus buenos hechos; Dios simplemente recibe la gloria. La gente sencilla escucha y se goza. 135. Ahora, Dios se estaba escondiendo en la sencillez de un bebé, en la sencillez de una familia común, eso era Dios; pero los elementos eclesiásticos, los sabios, los genios y todos los demás, como los herodes, los nerones, etc., lo pasaron por alto. Dios escondido en simplicidad. Ahora rápidamente para terminar. Consolaos, consolaos, pueblo mío (recuerde, esto fue 712 años antes del nacimiento de Juan el Bautista, y