📜 El Libro de Sellos - Pág 92
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LOS SIETE SELLOS 92 necesitas venir a la Sangre. Tienes que venir ante algo que quite la mancha del pecado hasta que no quede ni el recuerdo. 149. Si no has hecho las preparaciones para encontrar al Cordero en el aire, entonces por medio del poder con el cual he sido investido, por la comisión que me fue dada por el Dios Todopoderoso y administrada por un Ángel, una Columna de Luz, yo te amonesto en el Nombre de Jesucristo que no trates de encontrarle con solamente tu membresía en alguna iglesia o sociedad de esta Tierra. Ven ahora mientras el Mediador, hasta donde yo sé, todavía está sobre el Trono intercediendo, porque el día vendrá cuando tú querrás venir y entonces no habrá Mediador. Porque si nosotros vemos claramente la hora en que vivimos, la séptima edad de la Iglesia, cuando los misterios de Dios son revelados juntamente con la vindicación del Espíritu de Dios, mostrándonos todas las cosas que dijo que haría en los últimos días; entonces ¿cuánto tiempo nos queda, amigo pecador? ¿Ven ustedes? 150. Señor Jesús, la hora es muy avanzada y posiblemente puede ser mucho más tarde de lo que estamos pensando. Estamos contentos al ver esta hora llegando. Es la hora más gloriosa que el mundo ha conocido. Eso es para el creyente; pero para el que rechaza es el tiempo más triste, porque es imposible sacar letras del alfabeto para formar las palabras para expresar la calamidad y el llanto que les espera más adelante. Ni tampoco hay en nuestro alfabeto cómo formar las palabras para expresar las bendiciones que están en el porvenir para el creyente. Padre, puede haber algunos aquí esta noche sin esperanza alguna, y si son seres con la capacidad de razonar inteligentemente y si la Sangre todavía está sobre el Propiciatorio, permite que el Cordero salga del Trono para entrar en sus corazones esta noche y revelarles que están perdidos, y con las manos ensangrentadas lo vean y le oigan decir: “Ven mientras todavía es tiempo de venir.” Señor, entrego este mensaje juntamente con mi corazón en Tus manos. Haz lo que quieras, Padre, en el Nombre de Jesús. 151. Ahora, con nuestras cabezas todavía inclinadas, si tú no has cumplido con este requisito y esta oferta, sino que has confiado en tu iglesia, allí no hay nada que te pueda redimir; si has confiado en la intercesión de algún santo, todavía estás perdido; si has confiado en las obras de tus propias manos, alguna buena obra que has hecho, estás perdido; si has confiado solamente en las oraciones de tu mamá, o en la justicia de tu mamá o de tu papá, si has confiado en estas cosas, estás perdido; si has confiado en alguna sensación, algún sentir muy raro, alguna emoción de hablar en lenguas o danzar en el espíritu, si en eso está toda tu confianza y no conoces al Cordero personalmente, si no lo conoces, entonces te amonesto ante Dios que arregles eso ahora mismo con Dios. En tu