LAS SETENTA
SEMANAS DE DANIEL 127
do con el primer capĂtulo hasta el tercero que nos lleva a
Laodicea. Ahora, vemos exactamente cómo esto fue toda la iglesia –
el mundo de la iglesia en sà – Dios nunca incluyó al pecador y
solamente… a menos que él quiera ser salvo. Pero el mundo de la
iglesia era todo blanco; luego vienen los nicolaĂtas quienes
quisieron formar una organizaciĂłn. Los dignatarios entraron en eso.
Esto fue en Nicea, Roma, cuando ellos tuvieron el Concilio de Nicea.
¿Y qué hicieron ellos? Ellos organizaron la iglesia, entonces
comenzaron a perseguir a los cristianos. Entonces en la siguiente
edad de la Iglesia, eso casi – el cristianismo en la manera del
Bautismo del EspĂritu Santo, fue eliminado.
109. Pero entonces como ustedes saben, yo regresé y tomé la
historia de los Padres de Nicea, y los Padres PreNicea, y todas las
historias de la iglesia, y los manuscritos más antiguos que pude
hallar; y cada uno de ellos les probĂł que la Iglesia acerca de la
que Dios estaba hablando no era esa Iglesia CatĂłlica organizada y
ninguna otra organizaciĂłn. Dios estaba hablando acerca... Y todas
esas grandes estrellas de las edades fueron hombres quienes
enseñaron el Bautismo del EspĂritu Santo, el Bautismo en el Nombre
de Jesucristo, y la Venida del EspĂritu de Dios, y – y de hablar
en lenguas e interpretaciĂłn de lenguas, y sanidad y milagros y
señales. Eso es lo que Dios determinó. Él no puede cambiar Su
mente y decir: “Bien, esta es Mi idea de una Iglesia, la iglesia
apostólica. Ahora Mi idea es una iglesia dignataria”. ¡Dios no
cambia! AĂşn sigue siendo el EspĂritu Santo.
110. Y vigilemos y traigamos eso, entonces cuando vemos la
naturaleza de Dios y lo que Él – entonces sacamos a la luz Su
Escritura y después tomamos la – la historia que lo muestra
exactamente, que pega en el punto, exactamente en la fecha, el
tiempo, a toda cosa que Dios dijo a travĂ©s de Juan que vendrĂa a
suceder, eso sucediĂł a esa edad gentil.
111. Ahora, nos encontramos, más allá de cualquier sombra de
dudas, en la Edad de Laodicea. Sabemos que allĂ estamos. Hemos
pasado la Edad Luterana, hemos pasado la Edad de Wesley; ahora
estamos en la Edad de Laodicea, la Ăşltima edad. Y nos damos cuenta
que cada una de estas iglesias tuvo un mensajero; vimos eso. Siete
estrellas en