📅 El Libro de Semanas - Pág 128
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LA PALABRA HABLADA 128 Su Mano, las cuales eran siete Espíritus que salieron de delante de Dios. Cada una tuvo su mensajero. Y venimos y encontramos por la Biblia lo que la naturaleza de ese mensajero sería, cuál era la naturaleza de aquel mensajero que estaba por venir. Y recogimos en la historia al hombre que tenía esa naturaleza. Y luego cuando hallamos a ese hombre en la historia, que tenía esa naturaleza, descubrimos que él era el mensajero a esa edad de la Iglesia. Entonces encontramos qué espíritu y qué hizo ese hombre. Y encontramos que él fue un santo lleno del Espíritu Santo. San Ireneo y todos estos otros y – y San Colombo y todos – todos estos – estos hombres llenos con el Espíritu. Y sabemos por la Escritura, que ese tipo de espíritu estaría sobre ese tipo de hombre para ese mismo tiempo. Allí está, no puede estar equivocado. ¡Amén! ¡Gloria a Dios! Eso es justo... 112. Yo no sé hermano, eso hace más para mí que cualquier cosa que yo sepa ¿ve? Porque esto es la Palabra de Dios hablando por Sí Misma. Cuando oigo a Dios decir algo, digo: “Amén. Eso es correcto.” Eso lo resuelve. Eso es todo. Dios dijo así. Eso – con eso basta. Bien, Dios dijo que esto sucedería de esa manera, y lo hallamos por la historia y por las Escrituras. Leímos lo que haría de esta edad de la Iglesia, lo que sucedería, qué clase de mensajero era para esa edad de la Iglesia: “Al – al ángel de la Iglesia de Laodicea... al ángel de la Iglesia de Sardis, Tiratira”. Y todos los diferentes. Y regresamos atrás a la historia y hallamos el – el mensajero de esa Iglesia, y encontramos quién era. Así entonces lo dibujamos, pusimos sus nombres debajo, y allí están. ¿Ve? Sabemos que eso acierta exactamente. 113. Ahora... Y sabemos que Dios estaba, siempre estuvo y siempre ha estado en contra de la religión organizada. ¡Sí, Señor! “Los nicolaítas es lo que yo aborrezco”. Nikao significa “conquistar al laico”. Laico – el laico es “la iglesia, el cuerpo”. Nikao significa “conquistar, vencer”, en otras palabras: “hacer a un hombre santo, alguien por encima de otro”. Somos todos hijos, tenemos un Rey; ese es Dios. Tenemos Un Santo, y ese es Dios. ¡Amén! Y Él está en medio de nosotros en la forma del Espíritu Santo. Ése es el Santo. 114. Ahora, hemos llegado hasta acá con la plena seguridad que al pasar por la – la Edad Judía, tenemos 69 semanas exactamente por