LAS SETENTA
SEMANAS DE DANIEL 129
la historia, por el calendario, por el año profético de Dios –
trayendo la historia del calendario profético desde el Antiguo
Testamento al Nuevo, y mostrando que es exactamente igual. ¿Ve?
Ahora, tenemos la Iglesia gentil desde el principio hasta el último
día, y sabemos que estamos viviendo en los últimos días. ¡Amén!
¿Entiende usted? Ahora, entonces si estamos viviendo en este último
día, en el fin de esta edad, ¿entonces dónde estamos?
115. Note, acá bien atrás... usted ve esta línea dibujada aquí
atrás, donde Dios trató con los judíos – o nunca trató con los
judíos – eso le tomó un tiempo largo para traerlos... Le tomó a
Él 40 años traerlos a la condición donde pudo haberlos destruido
entre todas las naciones. Por todas partes en los días de los
gentiles, Él tuvo que tenerlos en esa condición antes que Él
pudiera hacer que Su Palabra se cumpliera. ¿Ve lo que quiero decir?
Todos los que lo entiendan, digan: “Amén”. [La congregación
responde: “Amén” –Editor] Yo quiero estar seguro que ustedes
lo captan.
116. Ahora, ¿qué sucedió? Mire arriba el tope de esta última
edad de la Iglesia. ¿Ve esta pequeña extensión? Los días de los
gentiles están terminando. Y por los últimos 40 años, los judíos
han estado retornando a Jerusalén, regresando a su patria. ¿Ve
dónde estamos? Tomó 40 años desde el cortamiento del Mesías
hasta que Tito destruyó el templo y esparció a los judíos. Han
sido otros 40 años que Dios endureció el corazón de toda clase de
faraones por todas partes, y empujaron a los judíos a su tierra;
pero hoy ellos están de nuevo en su tierra, y la Iglesia está en
el fin. ¡Amén! Oh, yo – yo estoy tratando de leer. Yo no puedo.
117. ¡Note! Los judíos están en su patria y han estado
regresando... Si usted obtiene “Decline of the World War”,
volumen 2 [“Declive de la Guerra Mundial,” libro en inglés
–Traductor], cuando el General Allenby, después de la Primera
Guerra Mundial, voló sobre Jerusalén y la capturó, y tomó a
Jerusalén; y estos hombres cristianos marcharon a Jerusalén con
sus sombreros quitados; y Allenby se rindió sin hacer un disparo –
o – ellos se rindieron a Allenby, los turcos. Y desde entonces
Dios comenzó a endurecer el corazón de Mussolini, de Hitler, de
Stalin, el corazón de todos los hombres por