📅 El Libro de Semanas - Pág 21
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INSTRUCCIONES DE GABRIEL A DANIEL 21 ser un mensaje de enseñanza). Pero por sesenta y ocho años él tuvo la victoria y fue puro ante Dios, sin el bautismo del Espíritu Santo, sin la Sangre de Jesucristo para hacer intercesión por él, con solamente la sangre de toros y machos cabríos y novillas, las cuales él tuvo que ofrecer secretamente por causa de las tradiciones paganas de esa tierra. Ellos habían sido tomados allí. Jeremías profetizó de ellos, que ellos estarían allí. 77. Ahora, Daniel… ¡Oh, vaya! Él había comenzado a ver que el tiempo estaba acercándose, como estamos hoy. Daniel comenzó a entender, dijo él, por la lectura de los libros. Y en el primer año del reinado de Daniel – en el reino…Yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años, del cual habló Jehová al profeta Jeremías, que serían completadas en 70 años… desolación de Jerusalén. 78. Jeremías en el año 606 a.C. profetizó a causa de su pecado e impiedades, que ellos estarían 70 años. 79. ¿Usted recuerda que vino otro profeta en aquel día? Yo no puedo decir su nombre en esta ocasión. Yo podría quizás conseguirlo para ustedes en – en unos pocos minutos si hubiera buscado por un rato. Pero él subió y dijo: “Jeremías, tú estás equivocado. Dios solamente va a tener a Israel allí por tantos días –por tantos– cerca de dos años”. 80. Jeremías dijo: “Así sea, amén.” Él dijo: “Pero espera un minuto. Permítame que usted y yo chequeemos el uno con el otro como profetas.” Él dijo: “Recuerda, ha habido éstos quienes profetizaron antes de nosotros, y ellos dijeron cosas que fueron equivocadas. Y Dios lidió con ellos por decir cosas erradas. Así que estemos seguros. Pero el Señor Dios me ha dicho que todavía hay setenta años”. Dios hirió a ese falso profeta y quitó su vida ese mismo año, porque Dios le ha dicho a su verdadero profeta que había setenta años. 81. Y yo quiero que usted note cómo Daniel, aun como extranjero, aun echado de su pueblo, echado de su Iglesia, sin un servicio en una Iglesia, sin una Iglesia a dónde ir, sin un himno para ser cantado, sino lo que él mismo cantó en medio de todo esto, todavía se agarró de lo que el profeta había dicho. ¡Amén, amén!