📅 El Libro de Semanas - Pág 37
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INSTRUCCIONES DE GABRIEL A DANIEL 37 141. Y yo ruego a cualquier historiador que pueda oír la cinta, que me escriba y me diga de cuando la iglesia se organizó, si Dios no la puso en el estante y jamás volvió a tratar con ella. Dígame cuándo Él levantó alguna vez a los luteranos de nuevo, wesleyanos, metodistas o pentecostales. Nunca lo hizo. ¡Esa organización tirada allí se corrompió y se pudrió! Dios tomó individuos y trató de señalar al pueblo de nuevo a la tierra. Y un hombre, un individuo tan débil y afeminado con alguna clase de grado, hasta que ellos organizaron otra organización, haciéndolo dos veces más hijo del infierno que cuando comenzó. 142. Pero en alguna parte, ciertamente, Jehová tiene a un hombre a quién Él puede ponerle Sus manos encima, quien no se comprometerá con esos píos – organizaciones impías, quien hará volver el pueblo a la Roca, Cristo Jesús, volver al Pentecostés original y al Espíritu Santo original, con las señales originales y maravillas originales. Ciertamente Él tiene uno en alguna parte, quien no desmayará bajo ninguna clase de persecución, abandono, cancelación, desacuerdo, o cualquier otra cosa; que permanecerá con eso. 143. Dios nunca bendice a Israel hasta que llegue a su tierra. ¡Dios nunca lo bendecirá a usted un metodista, bautista, presbiteriano, católico o peregrino de sanidad, nazareno, “Iglesia de Cristo”, u – u organizaciones pentecostales! ¡Él nunca les bendecirá de esa manera! Vuelvan a la tierra, al principio, vuelvan a la experiencia pentecostal, como sucedió en el día de Pentecostés cuando el poder del Dios viviente cambió esas miles de gentes y puso a arder sus corazones con el Fuego de Dios que mostró lo genuino, no señales imitadas, no alguna telepatía fabricada, no alguna mofa que entraron a una carrera de ratas como tenemos en América: “Quién puede tener la carpa más grande, quién puede tener la multitud más grande”. ¿Qué diferencia hace eso a Dios? ¡Dios quiere gente honrada de corazón, no las grandes multitudes! Y nosotros todos tenemos aquí una carrera de ratas corriendo –¡Qué desgracia!– para ver si nosotros podemos añadir mil más a nuestra organización. Eso es una desgracia. Él quiere que nosotros regresemos a la verdad, regresar al Espíritu, regresar a la vida correcta, regresar al camino en Cristo, de nuevo a