LA PALABRA HABLADA
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¡Agárrese de la mano…!(¿Extenderá usted y agarrará Sus
manos ahora?)Edifique sus esperanzas en cosas eternas,¡Agárrese de
la incambiable mano de Dios!
Entonces cuando este viaje esté completado,(Algún día será)Si
a Dios tú has sido fiel,Claro y brillante Su hogar en gloria,Su
extasiada alma lo verá.
(¿Por qué no lo hace usted?).
¡Agárrese de la incambiable mano de Dios!¡Agárrese de la
incambiable mano de Dios!¡Agárrese de la incambiable mano de
Dios!Edifique sus esperanzas en cosas eternas,¡Agárrese de la
incambiable mano de Dios!
148. Muchas escenas he visto; casi treinta y un años detrás del
escritorio. He visto escenas tristes; he visto escenas gloriosas. La
más triste escena que yo haya visto en mi vida, de cuantas he visto
(niños muriendo de hambre en las calles, he visto madres mendigando
por un pedazo de pan), la más triste escena que haya visto, es ver
a un hombre, un ser humano, que deseó ser un hijo de Dios, muriendo
sin conocer a Dios.
149. Recuerdo a una mujer parándose en la puerta de esta iglesia
una noche, se rió de mí y dijo: “Yo no permitiría que mi vaca
tenga la clase de religión que él tiene.” En menos de una hora
fui llamado al hospital. Una mujer hermosa, cerca de 22 años de
edad, ella estaba gritando: “Tráiganme a ese predicador aquí”.
Ella era de la fe católica. Cuando me acerqué, la anciana hermana
dijo: “Usted llegó demasiado tarde, hermano Branham. Ella murió
hace cinco minutos”. Yo dije: “¿Puedo verla?” Dijo: “Ella
gritó por usted sus últimas palabras: ‘Tráiganme a ese
predicador’, hermano Branham”. Su