LOS SIETE SELLOS 20
Aun para los científicos era una locura porque podían probar científicamente que no había lluvia en los cielos; pero este sencillo pastor de ovejas creyó que si Dios había dicho que llovería, entonces LLOVERÍA. Ahora comparemos eso con el día de hoy cuando alguien recibe su sanidad. Los demás le dicen: “Eso está basado en las emociones, yo le puedo probar científicamente que el cáncer (o lo que sea) todavía está presente.” Pero para el sencillo creyente la cosa está concluida. ¿Ve usted? Porque él no está mirando a la sustancia sino a la promesa, igual como hizo Noé.
71. Entonces ¿no puede ver usted?, que como fue en los días de Noé, “así también será en los días de la venida del Hijo de Hombre.” (Lucas 17). Esto es científicamente. El doctor le puede decir a usted: “Pues mire esto, su hinchazón todavía está presente. El cáncer permanece. Su brazo está igual de paralizado. Usted está loco.” Pero recuerde, ese es el mismo espíritu que en los días de Noé dijo: “No hay lluvia en los cielos. Nosotros podemos alcanzar hasta la luna con nuestros instrumentos y no hemos hallado la lluvia.” PERO, si Dios dijo que habría lluvia: “Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven,” y el reposo final y absoluto de la fe, es la Palabra de Dios. La fe reposa en la Palabra de Dios. ¿Entienden? Noé reposó el asunto así porque Dios lo había dicho, y con eso se concluyó la cosa.
72. Ahora Noé, al creer esto, se convirtió en un fanático. Y a aquellos hoy día que creen en el bautismo del Espíritu Santo, las iglesias los llaman fanáticos, dicen: “Ellos no son nada más que un grupo de gente conmovida emocionalmente y sobrecogidos de terror.” Pero lo que ellos no reconocen es que la Palabra de Dios enseña esto y es una promesa. En el pasado dijeron que Noé estaba fallando en sus facultades mentales y que estaba errado tanto científicamente como también en su propia mente. Pero Noé lo que tenía era la Palabra del Señor, y él se quedó con la Palabra; y los sabios y entendidos de aquel tiempo tropezaron con la sencillez del Mensaje y perecieron. ¡Que condenación fue para esa generación! Y hoy día mucha gente dice: “Si yo hubiera vivido allá, entonces pues...” No, usted tomaría la misma actitud porque hoy tenemos la misma cosa reproducida, solamente que es en otra forma, y tropiezan con ello igual como en aquel día.
73. No hay duda de que en aquellos días tenían muchos predicadores, pero Noé fue inspirado por Dios y podía ver más adelante y conocer lo que estaba por acontecer; y sabía que una generación tan adúltera y pecaminosa como esa, Dios no la podía dejar continuar. Entonces ¿qué podemos nosotros hacer hoy viendo la misma cosa? Tenemos hoy una Sodoma y Gomorra moderna, una gente pecaminosa y adúltera; están tan educados y pulidos que tropiezan con la sencillez de la manifestación de Su ser y de la Palabra de Dios. Él está