DIOS EN SIMPLICIDAD 21
mostrando Su Palabra. No hay persona en el mundo que pueda convencernos que no vemos con nosotros la misma Palabra de Dios hecha manifiesta, lo cual es la misma promesa para los últimos días; la misma luz del atardecer que habría de resplandecer. Nosotros somos una gente privilegiada al verla. Pero esto está escondido de los elementos educados. Jesús dijo a Dios el Padre: “Te agradó esconderlo de ellos. Aun así, Padre, lo has escondido, dejadlos que con su sabiduría...” ¿Ve usted? Fue la sabiduría que dio comienzo y progreso a esta cosa en la inmundicia del pecado allá en el principio, porque Eva estaba buscando sabiduría cuando se encontró con Satanás, y Satanás le impartió sabiduría. Esa sabiduría está opuesta a la Palabra. No nos ha sido pedido que tengamos sabiduría, sino fe en lo que ya ha sido dicho. Pero hoy día los elementos educados le dan una pulida tan bonita a la Palabra y la colocan a un lado con sus interpretaciones; siempre ha sido así y están haciendo la misma cosa hoy.
74. La gente, como siempre, pasa por alto las cosas de Dios, y la razón para esto es porque son demasiado sabios para creerlo. ¿Ve usted? Ahora, el Mensaje fue tan sencillo que los sabios eran demasiado sabios para creer la sencillez del Mensaje. ¡Oh, hermano! Dios lo hizo tan sencillo y verdadero que los intelectuales lo pasaron por alto por causa de la sencillez. Eso es lo que manifiesta la verdadera grandeza de Dios, porque Él siendo el Ser Supremo se puede hacer tan sencillo. Los hombres hoy día muestran que no son de Dios cuando se manifiestan como grandes y se expresan con grandes títulos como: Obispo Mayor, Doctor, Santo Papa, etc., haciéndose algo que en verdad no son; luego Dios siendo tan grande se manifiesta en algo tan sencillo. La grandeza se comprende en simplicidad.
75. Nosotros podemos construir un avión, podemos poner un cohete en órbita y todas estas cosas, pero no podemos fabricar ni una sola hojita de grama. ¿Qué de eso? Ahora, en vez de tratar de hallar el origen de esta hojita y aceptar el Dios que la creó, estamos más bien construyendo un proyectil que llegue primero, antes de que otra gente pueda construirse algo semejante.
76. En nuestras iglesias somos tan intelectuales e instruidos hasta el punto que podemos construir un edificio que cueste millones de dólares. Los bautistas construyendo uno mejor que los metodistas, los presbiterianos construyendo uno mejor todavía, y luego hasta los pentecostales en esta carrera infructuosa. Pero aquí está la verdad del asunto: somos tan inteligentes y tan inmovibles en nuestras maneras, que no nos es posible humillarnos para reconocer el Dios que está obrando en la misionsita allá en la esquina. Allí es donde tropezamos, en la simplicidad; siempre ha sido así.