LA PALABRA HABLADA
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cándose el sudor, tomando el dinero de la mesa de sus hijos para
venir aquĂ para oĂr este mensaje. ÂżQuiere usted decirme que no
hay un –más allá del rĂo– algĂşn lugar donde ellos irán uno
de estos dĂas? ¡Eso es felicidad! Estas son personas que pagan sus
diezmos. No solamente ellos vienen, sino que traen sus diezmos y
ofrendas, y lo traen a la casa del Señor, tratando de hacer lo que
es correcto. ¡Dios les bendiga ricamente a un leal pueblo como ése!
La misericordia y la gracia sea con ellos.
15. Veo mi amigo Charlie Cox y aquellos del sur de Kentucky; y
dondequiera que usted mira alrededor, usted ve gente de diferentes
lugares.
16. Este joven sentado aquĂ, no recuerdo su nombre; lo encontrĂ©
en Chicago; pero usted es de algĂşn Colegio BĂblico lejos de aquĂ,
en alguna parte, Âżno es asĂ? Springfield, Missouri; Colegio
BĂblico de las Asambleas de Dios. SĂ, está bien. Vea usted, ellos
vienen de todas partes a esta vieja y pequeña Iglesia.
17. Sólo pensar, hace cerca – alrededor de 30 años, cuando
puse la piedra angular esa mañana, yo estaba allà en la Calle
SĂ©ptima, a una cuadra de distancia. Yo no era casado todavĂa, sĂłlo
un joven. Y tuve una visiĂłn de la gente apiñados y apretados aquĂ
de todas partes. Y yo estaba tan feliz, parado detrás del púlpito.
Y allà es cuando Él me dijo: “Pero este no es tu tabernáculo”.
Y Él me colocó bajo los cielos. Y ustedes saben el resto de la
historia, la cual está escrita en la hoja de la Biblia puesta allĂ
en la piedra angular.
18. Estoy tan agradecido por ustedes, pueblo. Yo no puedo... eso
– eso es tan poco para decir: “Bien, estoy agradecido por
ustedes”. Pero yo ruego por ustedes. Creo en sus experiencias con
Dios. No creo que un hombre o una mujer conducirĂa cientos y
cientos de millas para venir aquà para mostrar qué clase de ropa
ellos están usando. Yo – yo no pienso que ellos harĂan eso. ¡No!
Ellos no vendrĂan aquĂ solamente para ser vistos. Ellos están
viniendo aquà porque ellos están profundamente y en sinceridad por
la salvación de sus almas. Mi oración es: “Dios, ayúdame para
ser solo por lo menos la mitad de esa sinceridad; tratar de
ministrarles a ellos con todo lo que está en mi corazón y con la
mirada en Dios”.